Submitted by Mariana Fernandez Semhan and Mathilda Yahni
Saben una cosa, cuando miro al agua, automáticamente miro al cielo y me pregunto: ¿el cielo quiere ostentar una nueva constelación al agua o el agua se ondula insistente para llamar la atención del cielo? Cielo, agua, agua, cielo.
Como sea, en este ritual entre el agua y el cielo existe un lugar sagrado. Una constelación perdida sin nombre. Un lugar festivo y caudaloso. Un sitio bullicioso custodiado por un dragón, donde se reúnen un grupo de mujeres diferentes.
Todas ellas están amputadas y llevan con orgullo una cicatriz como estandarte.
Una marca que es parámetro y lección cuando las embestidas de la vida se vuelven feroces y amenazantes.
Estas hidalgas mujeres, ofrecieron una parte de sus cuerpos. En un acto quirúrgico fundamental.
Esa fracción que les falta y quien sabe a donde haya ido a parar, está hecha de una consistencia intangible: quizás una ausencia prolongada, una partida inesperada, una agresión recurrente, un abuso silenciado, una violencia sostenida, un secreto atragantado, una depresión crónica, una adicción inmanejable, o un estrés muy grande; sentimientos reprimidos, tragados, enquistados, no gestionados que detonaron el templo del cuerpo hasta desintegrarlo en fragmentos dañinos a extirpar.
Ahí van con chalecos y palas, con rosadas cocardas en una marea rosa de esperanzas y posibilidades. Una constelación humana alzando la voz al grito de: “Si te toca, acá estamos”.
Asimétricas palistas de la vida, ¿cuánta agua van a remar para sanar las heridas?
Suena tambor que ahí avanzan con alegría. Suena tambor que todo lo dejan atrás.
Que se abran paso con afán las desiguales remeras, luceros relucientes de miércoles, sábados y domingos doble turno.
Que desfilen presurosas por la vida, unidas, coordinadas y hachen las aguas de las frustraciones arrancando con sus palas el dolor a su paso.
Remen con fuerza, perdonen con ímpetu los errores, que juntas llegan más lejos.
Remen con coraje la vida, agradezcan las tormentas, los vientos, los mares desconocidos.
Remen, remen, remen que están vivas y cuando miro el agua llamando la atención del cielo descubro automáticamente esa nueva constelación perdida.
La única constelación rosa de tetas fugaces.
Mariana Fernandez Semhan
@mas.emocional
2023
New Constellation
Written by Mariana Fernandez Semhan & Translated by Louise Granahan
You know one thing, when I look at the water, I automatically look at the sky and ask myself: does the sky want to show off a new constellation of the water or does the water ripple insistently to draw the sky's attention? Sky, water, water, sky.
Anyway, in this ritual between water and sky there is a sacred place. A lost constellation without a name. A festive and abundant place. A bustling place guarded by a dragon, where a group of different women meet.
All of them had lumpectomies or amputations and proudly carry scars as a banner.
A mark that is a reminder and lesson when the life’s battles become fierce and threatening.
These noble women offered a part of their bodies. In a fundamental surgical act.
That fraction that is missing and who knows where it has ended up, is made of an intangible consistency: perhaps a prolonged absence, an unexpected departure, a recurring aggression, a silenced abuse, a sustained violence, a choked secret, a chronic depression… an unmanageable addiction, or very great stress; repressed, swallowed, entrenched, unmanaged feelings that detonated the temple of the body until it disintegrated into harmful fragments to be removed.
There they go with vests and paddles, with pink ribbons in a pink tide of hopes and possibilities. A human constellation raising its voice shouting, “If it's your turn, we are here for you”.
Asymmetric paddlers of life, how much water are you going to paddle to heal your wounds?
A drum sounds and they advance with joy. It sounds like a drum that leaves everything behind.
Let the uneven shirts make their way eagerly, shining lights of Wednesdays, Saturdays and Sundays double shift.
May they march quickly through life, united, coordinated and sweep through the waters of frustrations, removing the pain in their path with their paddles.
Paddle hard, forgive mistakes generously, together you go further.
Paddle life with courage, be grateful for the storms, the winds, the unknown seas.
Paddle, Paddle, Paddle, they are alive
And when I look at the water drawing the attention of the sky
I automatically discover that new lost constellation.
The only pink constellation of fleeting boobs.